fachada

Mi viejo, a sus 53 años, acaba de inutilizar mi frase de cabecera para cancelar salidas que requieren mucho tiempo y/o actividad física. Yo siempre decía "no estoy para estos trotes" o "a mi edad ya no me da el cuerpo". Pero el hijo de puta se alquiló con sus diez amigotes una quinta en La Plata todo el fin de semana para festejar el día del amigo, de viernes a domingo y me hizo quedar para el orto ad infinitum.